Bendición de la Casa de María en Encarnación
El domingo 20 de octubre de 2024 va a quedar en la memoria de la Familia de Schoenstatt Itapúa como un momento muy especial de su historia debido a que en esa fecha se bendijo las nuevas instalaciones de la Casa de María, en el predio del futuro santuario del sur. La bendición estuvo a cargo de monseñor Francisco Pistilli, obispo de Itapúa y miembro de la comunidad de Padres de Schoenstatt.
Los asistentes aseguran que por el entusiasmo que pudo notarse en esa emocionante jornada se podría decir que el futuro Santuario del Sur está cada vez más cerca, fueron sucesivos los milagros que hicieron que llegue este momento, milagros de encuentro, vinculación de corazones, todos unidos por la Mater.
Hermanos en alianza de Asunción, Ciudad del Este, Fran, Colonias Unidas también pudieron vivir esos lindos momentos. Por la Federación Apostólica de Familias se hicieron presentes representantes de los Cursos 12, 13, 31, 32, 55 y 56.
“Habiendo concluido la obras de la Casa de María en su primera etapa vamos a hacer la firma con la empresa constructora (…) La Fundación José Kentenich le hace entrega oficial a la Familia de su casa, y de la administración y el mantenimiento de la misma”, dijo el actual presidente de la Fundación Rubén Toledo, quien también aprovechó la ocasión para agradecer al Ing. Víctor Romero, quien lidera el comité de infraestructura y le dio seguimiento a las obras que fueron realizadas en tiempo y forma.
“Todos los que participamos estábamos muy emocionados, nos contagiaron de alegría y emoción los de la Familia de Itapúa. Se nota mucho el anhelo que tienen ellos de contar con un Santuario de Schoenstatt ahí, y la alegría que les dio este paso de tener su casa, un lugar propio de la familia del Sur. La Familia va creciendo en todos sus estamentos, Rama Familiar, Liga, Federación, Juventud, hay una corriente de vida del movimiento que crece en todo Itapúa, Misiones”, agregó Rubén Toledo.
Al lado del altar utilizado para la misa se encontraba una de las enormes peregrinas auxiliares de la Campaña del Rosario que parecía custodiar la foto de otro que trabajó mucho por la familia de Encarnación, el padre Antonio Cosp.
Monseñor Pistilli, quien hoy es cabeza de la Iglesia en Itapúa, fue muy claro en su prédica en lo que se pretende para ese lugar y para la familia de Itapúa, lo que incluye todo lo relacionado a la conquista del Santuario y la administración del predio.
Parte de la prédica de Mons. Pistilli
La forma en cómo la Virgen, la Mater se define a sí misma: Yo soy la servidora del Señor. Así se presenta, la servidora del Señor y ¿quiénes somos nosotros? también servidores de Cristo y de María. Esa debería ser siempre nuestra identidad.
Hoy estamos aquí gracias a que muchos servidores de la Mater hicieron su trabajo. Saben que esto se logró por el buen oficio de algunas personas, y de la Municipalidad que dispusiera este espacio para que aquí se erija un Santuario. Todos estamos llamados para que esto esté al servicio de la comunidad.
“La Casa de María”, felicito a los que pusieron nombre a este espacio. ¿Cómo es la casa de María? Siempre es la casa de Cristo, la casa de Dios, de la Iglesia. La casa de María es también una casa de familia, como lo fue en Nazareth. Una casa que da comida, una casa amable, una casa segura, una casa atenta a la vida de cada uno. Sencillamente un hogar.
María, como buena Madre, quiere recibir y abrazar a cada uno de sus hijos y eso se va a mostrar en nosotros. Cómo recibimos, cómo atendemos y como casa de familia: cómo cuidamos nuestra propia casa. Una casa de Cristo, una casa de familia, sin duda es también una casa de caridad y de servicio a la comunidad.
Los gestos y actitudes que van a madurar en este espacio es lo que cada grupo, cada rama, cada aliado, cada parte de este gran movimiento de esta gran familia de Schoenstatt tiene que ir descubriendo y también haciendo posible. Una casa como esta tiene que ser una casa de paz, tiene que ser una casa de humildad, tiene que ser también una casa de alegría auténtica, de los que se saben y se reconocen hermanos en Cristo y también hermanos en la alianza de amor. Como toda casa de familia implica que aprendamos a convivir con amor, como todo hogar todos van a querer usar y vamos a tener que ordenarnos y usar la casa armoniosamente, lo digo porque la experiencia de la iglesia nos dice que es también importante recordar eso, que aprendamos a compartir los espacios y que en ese compartir de los espacios crezca también una actitud muy valiosa que es la generosidad.
Que sea un lugar realmente de comunión fraterna, eso exige el servicio desinteresado de a quienes les corresponde velar por la casa, para el funcionamiento y que todos valoremos y lo respetemos ese servicio.
Hace poco celebramos el 18 de octubre, hoy justamente quise compartir también con la familia de Schoenstatt esta santa misa para celebrar también la Alianza de amor, finalmente por eso quiero decir que esta casa es casa de alianza, es la casa donde venimos a renovar nuestra consagración a la Virgen.
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