El privilegio y el deber de ser fundadores
Un día como hoy pero del año 1987, hace 36 años, con gran entusiasmo, intrépidos y audaces jóvenes de los cursos 1 y 2, Fundadores y Arco Iris, celebrábamos nuestra primera consagración como miembros de la Federación Apostólica de Familias, bajo la sabia conducción de nuestro muy querido Padre Nicolás Schwizer.
Hoy por la gracia de Dios, con luces y sombras, seguimos tan jóvenes de espíritu, como ayer y ofrendándonos en la medida de nuestras posibilidades, a nuestra amada Iglesia, con nuestro ser y obrar y desde donde nos toque hacerlo.
Durante este camino algunos hermanos ya han partido hacia el Schoenstatt Eterno… Nonino Flecha, Beto Etchegaray, Liz Ayub de Giangreco y Totito, y para ellos sea nuestro cariñoso y nostálgico recuerdo y también nuestra admiración tratando de honrar sus memorias con nuestros actos.
Uno de los factores que desde un principio ha marcado nuestro caminar, ha sido nuestro impresionante espíritu comunitario. Hemos nacido como un solo curso, 32 matrimonios, que nuestro sabio Pa´i Nicolás solamente por una cuestión práctica y luego de varias mezclas, nos eligió (nunca nos separó) a unos para el curso “1” y a otros para el curso “2”, simplemente eso, pues hasta hoy, seguimos teniendo nuestros encuentros juntos, varios de nosotros nuestros apostolados juntos, nuestros sueños compartidos y por sobre todo, nuestra comunidad de corazones fuertemente entrelazada.
¿Tenemos diferencias? Pero claro que sí, y nuevamente estas diferencias nos enriquecen, nos unen y nos alegran.
Por el camino hemos tenido duras pruebas, algunas bien conocidas, otras guardadas en la intimidad de nuestro nido fraterno 1&2 – y todo esto nos lanza a la vida. Toda esta rica experiencia queremos que la tengan quienes vienen detrás de nosotros y nada ni nadie tiene derecho a romper estos lazos.
Con cariño, los añejos del 1&2.
José Félix Cacavelos, para la familia de la FAF
Gratitud y admiración a la generación fundadora que un día como hoy del año 1987 (36 años atrás)
con el fervor de los primeros bajo la conducción del querido y sabio Padre Nicolas realizaban su primera consagración como cursos Fundadores y Arcoiris.
La valentía de caminar un camino nuevo y desconocido, puede ser confirmada claramente como un querer del Padre por la fecundidad creadora que se dio.
Hoy toda la Federacion del Paraguay en sus multiples cursos y regiones habidas y por haber les sigue mirando y admirando como ejemplo de valentía, audacia y fidelidad a la misión!
¡Gracias por portar en alto el estandarte de nuestros ideales!
¡Gracias a la Mater por regalarnos la gracia de contar con su testimonio vivo!